martes, 8 de enero de 2013

El rey en su trono


Elvis se levanta pesadamente de su cama, son las seis de la tarde, por la costumbre de trabajar en Las Vegas duerme de día y se mantiene despierto de noche, su casa siempre tiene las luces prendidas, todo el día, es una locura para quienes viven ahí, en las noches la gente se mueve más, va y viene todo el tiempo, nadie puede pegar ojo en la noche, mientras Elvis esté despierto todo el mundo debe de estarlo, la casa es un árbol de navidad, un meteorito cayendo en Memphis, la novia del rey cabecea en la cama, adormilada ve cómo el hombre se dirige al baño, toda la noche de anoche estuvo despierto, se le veía inquieto, un poco nervioso, su séquito le dio las pastillas para dormir pero no le hicieron efecto, ya no es posible que le haga efecto el medicamento, está saturado de pastillas, lleva años así, Las Vegas le dio ese ritmo, pastillas para dormir, pastillas para despertar, pastillas para no caer en el escenario muerto, pastillas para cantar y mover el bofo cuerpo del otrora rey del rock.

Mantuvo entonces a todo el mundo despierto, lleva ya más de 24 horas así, tocó la guitarra frenéticamente hasta romper las cuerdas, la arroja a la alfombra, todo el mundo le da golpecitos en el hombro, debes descansar le dicen pero él sonríe, algo sabe y les pide que no lo dejen dormir, entonces todos se van a jugar tenis, son las tres de la mañana y en una casa del estado de Tennessee algunos seres humanos juegan tenis en la madrugada. Elvis de momento se ve jovial, ríe y gana todos los juegos, termina con su grupo que están hechos puré, nadie sabe lo que pasa pero tampoco nadie va a decirle nada, él es el rey y puede hacer lo que quiera, nadie lo manda a dormir ni le pregunta qué le pasa, sólo la novia lo ve con angustia, está demasiado pálido le dice al coronel, éste carraspea un poco y le da una larga calada a su puro, no pasa nada cariño le dice, hace días que no sale de Graceland es todo.

Elvis se da tiempo para llevar a la cama a su pequeña hija que se ha despertado con el barullo en la cancha de tenis, la abraza y la besa como hace mucho no lo hacía, Lisa Marie lo ve a los ojos y le dice que lo ama, él le contesta que debe dormir, la arropa y le da un largo beso, cuando apaga la luz de su habitación las tinieblas rodean sus cuerpos.

Elvis se dirige por fin a su habitación cuando el sol está saliendo, mira por la ventana y ve al sol, recuerda el logo de Sun Records en Nashville, recuerda el día que se paró por la compañía para grabarle un disco de cumpleaños a su mamá, un regalo para siempre, recuerda Elvis, sonríe otra vez, hace mucho que no sonreía así, ve el amanecer e intenta dormir, cierra los ojos y se ve a sí mismo en su primera gira con sus compañeros de grupo, recuerda el hotel de los corazones rotos y a las adolescentes que le gritaban frenéticamente, abre los ojos de repente y se incorpora de golpe, siente algo en el pecho, le quita la respiración, tose y se remueve en la cama, duerme un poco y sueña con su madre muerta, para ser un hombre de 42 años se ve muy deteriorado, arrastra los pies y los ojos hundidos son algo que lo preocupa, ¿cómo va a presentarse así en el futuro? Piensa en eso e intenta dormir sin conseguirlo, ese dolor en el pecho no lo deja conciliar el sueño, por fin la tarde cae y el rey no ha podido dormir del todo, sudando se levanta y se dirige al baño, se quita la bata y se sienta en el escusado, cierra los ojos y de repente ve a su madre que le extiende los brazos, Elvis abre los ojos y extiende los brazos, intenta levantarse pero cae pesadamente, la novia y el resto de la casa duermen, horas después alguien pregunta por él, la joven que duerme en su cuarto no lo ve en la cama, junto con alguien del séquito van hacia el baño, lo encuentran con la boca llena de espuma, con los pantalones en los tobillos, el rey ha muerto en su trono, ¡viva el rey!